Tras su actuación en Paris, Bill y Tom Kaulitz y sus colegas Gustav y Georg desembarcaron en Arganda del Rey con su música y sus fuegos artificiales provocando la histeria de sus fans.
El Escenario Mundo pasó de ser la fiesta brasileña de Carlinhos Brown para caer durante una hora en manos del grupo alemán Tokio Hotel que se ha convertido en un auténtico fenómeno de masas. El gótico Bill Kaulitz, su líder, recuperado de la operación de laringe que tanto preocupó a sus productores y a sus fans, como informó El Semanal Digital, levantó pasiones con su peculiar look, su pelo electrizado, uñas negras y mucho, mucho maquillaje.
El show de Tokio Hotel iba dirigido a un público adolescente, entregado, vestido para ocasión, con tatuajes a golpe de rotulador y bastante histeria. Entre mucho humo y efectos especiales, que ya encandilaron a sus fans en el Parque de los Príncipes de París, los hermanos Kaulitz y sus compañeros Georg y Gustav se encontraban como peces en el agua sobre el escenario. Bill bajó en un momento a pie de calle para lanzar agua a las primeras filas de fans lo que provocó el delirio de éstas al ver a su ídolo tan de cerca.
La banda revelación interpretó sus canciones más emblemáticas, evitando cantar sólo en alemán -los cuatro reconocen que lo de los idiomas no es lo suyo pero se esfuerzan en cantar al menos tres o cuatro canciones en inglés-. Las más coreadas por los enfervorizados fans fueron Recue me, Moonsoon, o By your side, aunque también hicieron furor con temas de su último álbum Scream.
Los miembros de Tokio Hotel, que actuarán esta noche en Lisboa a la misma hora en la que España y Alemania se enfrentarán en la final de la Eurocopa, reconocieron que son poco futboleros pero apostaron por una victoria de 3-2 a favor de Alemania.Pero Carlinhos Brown y Tokio Hotel no fueron los únicos protagonistas de la noche del sábado en el Rock in Rio. Mención aparte merece la actuación de El Canto del Loco, que congregaron a más de 45.000 espectadores. A la pregunta obligada sobre el resultado del fútbol, Dani Martín salió por peteneras: El Canto del Loco tres, Tokio Hotel cero. Y es que lo de los pirotécnicos rockeros alemanes no fue plato de gusto para todo el mundo.
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